Empecé a interesarme por la alimentación cuando tenía más o menos 14 años. Fue una época difícil, y seguramente todo lo que leía sobre nutrición me salvó de mí misma. Me diagnosticaron tiroiditis autoinmune después de muchos palos de ciego y me dieron mi primera dieta de cajón. No puedo decir que la experiencia fuera buena y que por eso decidí ser Nutricionista, más bien todo lo contrario. Me reforzó en la idea de que lo que se estaba haciendo en las consultas no era lo que necesitábamos las personas que allí entrábamos.
Siempre me han gustado más las ciencias de la salud, pero reconozco que se me da mucho mejor la literatura y los idiomas que las matemáticas, pero soy tremendamente persistente; superé las matemáticas y la física para convertirme en lo que tenía claro que quería ser.
Primero hice el Técnico Superior en Dietética y Nutrición (Santa María de los Ángeles, Málaga), donde aprendí la importancia de meterse en la cocina, de experimentar, de probar todo en uno mismo antes de decirle a los demás lo que tienen que hacer. Mi mayor arma es que por donde pases tú ya he pasado yo, al menos en la mayoría de los casos.
No tardé ni dos meses en incorporarme de lleno al mundo laboral. Abrí mi propia consulta en Rute (Córdoba) y lo compaginé con estudios de Educación Infantil y con otra empresa de Nutrición. En esta empresa (la típica de dieta + productos) aprendí que eso no era lo que quería hacer, y cuando se me terminó el contrato me fui a Granada a estudiar la Diplomatura en Nutrición Humana y Dietética.
Con el pensamiento crítico más que instaurado, disfruto las clases de los grandes investigadores de la nutrición y sufro también algunas mucho menos divertidas… Recuerdo esa época como una de las mejores de mi vida, porque lo mío con la Nutrición ¡es auténtica pasión!
Han pasado ya 8 años desde que terminé la carrera y desde entonces no he parado de actualizarme y de especializarme. En la última época me he centrado mucho en la Nutrición Infantil, ya que tengo un feeling muy especial con los niños y estoy convencida de que tenemos que empezar con ellos para cambiar los grandes problemas de la sociedad.
Actualmente sigo con mi consulta en Rute (Córdoba) y para darle más emoción a la vida, abrí junto con mi pareja la Clínica Chamizo Pulido, donde tengo la suerte de trabajar cada día en lo que me gusta y de la manera que a mí me gusta, ¡todo un lujo!
Colaboro también con Centros Mi Matrona, Hospital Ceram, Clínica del Pilar y realizo charlas y talleres allá donde me llamen, ya que la comunicación es otra de mis grandes pasiones.