Soy Alba del Cid…
… una “buscadora“ a quien le gusta perderse entre texturas, culturas y aromas. Me formé en psicología por mi pasión por las pequeñas historias de vida que siempre me gustaba escribir. De pequeña había leído Antón Retaco, que fue lo que me dio el primer impulso para ver mi pueblo desde otra perspectiva y si me preguntaban qué quería ser de mayor decía “quiero cambiar el mundo”. Perseguí eso haciendo de voluntaria desde muy joven en diferentes colectivos, con personas con capacidades y orígenes muy distintos que por alguna razón estaban excluidos. Me di cuenta cuanto aprendí de los sentimientos con los llamados discapacitados intelectuales y de las historias de vida que me explicaban los refugiados Entré en el mundo de la cooperación, viviendo en India, Kenia e Inglaterra y conociendo diferentes gentes.
La maternidad de mis 3 niñas me llevó por el camino de buscar el apoyo de la comunidad. Entonces formé el grupo de juego “Bebejoc” para compartir el apoyo de otras madres y poco después me encontré embarcada en la fundación y gestión de Xantala mientras buscaba una guardería para mi hija mayor y me leía fascinada “Educar para ser”.
En mi segundo embarazo, indagando respuestas a las dudas que me anunciaba el instinto me formé como doula después de leer a Laura Gutman, para entender cómo vine al mundo durmiendo. Estudié masaje infantil con AEMI para entender el poder de las sencillas caricias, y Reflexología podal con su poder de enraizar, conectar y equilibrar a las personas. Me formé en Psicología Perinatal y también en EMDR Y Neuroprocesamiento del Trauma desde la Psicología Integrativa para trabajar como psicoterapeuta con adultos y familias. He estado publicando artículos en diferentes medios y en el blog que mantuve por 6 años; Criar en comunidad.
Actualmente colaboro como psicoterapeuta en el equipo de Matriusques y también de forma independiente. Lo que me diferencia como terapeuta es mi mirada ecuánime y diversa desde la presencia sin juicios con un abordaje integrador, me atrevo a combinar la reflexología con la psicoterapia, para fomentar la creatividad, el crecimiento personal, el enraizamiento y la capacidad de autoobservación. Acompaño desde el lenguaje expresivo con el que se siente cómoda la persona (habla, dibujo, baile, canto o escritura) y desde lo que necesita expresar desde el cuerpo.
noviembre, 2025
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Febrero 14,2020
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