Hoy en día, las mujeres tenemos a nuestra mano información sobre lactancia materna a través de diversas fuentes: clases de preparación al parto, cursos de maternidad, formaciones variadas, instagram, google… pero aún así, habitualmente las dudas aparecen de golpe a la hora de poner la teoría en práctica.
Partimos de un axioma inquebrantable: la leche materna es el alimento natural de los recién nacidos, y ha sido diseñado y perfeccionado a lo largo de miles de años de evolución para satisfacer todas las necesidades de nuestras criaturas.
El bebé está preparado para iniciar la succión en cuanto nace: se guiarán por su olor e irán reptando por el torso de su madre hasta prenderse del pecho. Es lo que todo recién nacido hará al salir del vientre materno (si les dejamos). Es un acto de puro instinto. A fin de cuentas, somos mamíferos.
Hasta transcurridas 48-72 horas desde el nacimiento, la producción de leche como tal no existe. En su lugar, las mamas producen el calostro, esa leche más amarilla y viscosa que bien podría llamarse “la leche de los primeros días”, y cuyo valor nutritivo e inmunológico para el bebé es incalculable. Este oro líquido es la primera vacuna que reciben los bebés. Se producen pequeñas cantidades y van aumentando conforme el bebé va succionando y mamando de forma continuada y a buen ritmo.
Para que la lactancia empiece en estas primeras horas y el recién nacido vaya tomando el calostro, es muy necesario para la diada mamá-bebé el contacto piel con piel (recomendable leer acerca del Método Madre-Canguro de Nils Bergman). Este vínculo afectivo dará confort, calma, ternura, entrega y sostén, tan necesario e imprescindible para la lactancia materna.
A partir de aquí, sobretodo en aquellos casos en los que la lactancia no fluya de forma natural, es muy importante olvidarnos de ciertos mitos y clichés, y prestar mucha atención a las distintas señales que el recién nacido arroja:
¿Cómo podemos identificar las señales de hambre en el bebé?
- Señales tempranas: abre la boca continuamente, mueve la cabeza, busca el pecho… deberían ser atendaidas inmediatamente.
- Señales intermedias: se estira, se mueve, se lleva las manos a la boca. También debemos atenderlas al instante.
- Señales tardías: llanto, movimientos agitados, se pone colorado… Si llegamos a este caso, lo mejor es, primero calmarlos y después amamantarlos.
¿Cuáles serían las claves para que la lactancia sea eficaz en estos primeros días?
- Dar el pecho en la primera hora de vida.
- Mínimo unas 10-12 tomas en 24h.
- Piel con piel real, con el bebé en el torso desnudo, sin interferencias el mayor tiempo posible (MCC).
- No interferencias de biberones, tetinas, ni chupetes.
- No esperar que llore para ofrecerle el pecho. (Ya hemos visto que es una señal tardía de hambre)
- Revisar en las tomas, que la postura, la posición y el agarre sean adecuados.
- Comprobar las micciones, deposiciones y el peso en el hospital, comprobando que se produce una buena transferencia de leche.
- Es muy importante observar y hacer un buen seguimiento de que el bebé se está alimentando y que la madre no tiene dolor ni ninguna otra dificultad.
¿Y qué podemos hacer al llegar a casa?
- A lo que ya hemos visto, evitar abrigar en exceso a los bebés.
- Revisar el peso los primeros días/semanas. Es conveniente pesar cada 48-72h, y tener en cuenta que a las dos semanas ha tenido que recuperar el peso del nacimiento. Es importante pesarlos al alta del hospital y conocer que las primeras 6 semanas de vida deben hacer unos 20gr/diarios.
- Mimar a la madre, cuidarla y acompañarla en lo que vaya necesitando, ya que ella estará sosteniendo al bebé, acunándolo, alimentándolo, y también necesitará cobijo y arrope de su entorno.
Si surgen dudas, o las tomas no son satisfactorias para el bebé o la mamá, es muy importante que un profesional actualizado en lactancia materna haga una buena valoración personalizada para cada caso.
Nota de la autora: Aunque la lactancia debiera ser un proceso absolutamente natural, por desgracia esto no siempre se da así, ya que cada nacimiento es diferente. Bebés más o menos activos, madres con dudas e incertidumbre, entornos no favorables, y cada vez más intervención y medicalización en el proceso de nacer, generan barreras difíciles de superar. Un parto, un nacimiento, sea como fuere, es un acto sagrado, y así deberíamos considerarlo. Todo aquello que la madre siente en su parto lo recordará a lo largo de su vida, y la acompañará para siempre, por lo que es responsabilidad de la sociedad cuidar de los partos y de las madres. Lo que hagamos hoy, será nuestro legado.
Es responsabilidad de todos eliminar los obstáculos de la sociedad que hacen que la lactancia materna sea difícil, y en esta semana mundial de la lactancia, nos unimos para dar visibilidad y promover la lactancia materna en favor de bebés, madres, entorno y medio ambiente.
Si tienes dificultades en tus primeros días de lactancia y necesitas apoyo, no dudes en contactar con la autora de este artículo, embajadora de De Mami a Mami, Arantxa Ruiz y su proyecto Lactandoo.
Un artículo de Arantxa Ruiz